La Epilepsia

Esta enfermedad se manifiesta con las “crisis epilépticas”. Estas son eventos causados por una descarga eléctrica cerebral, la cual produce un cambio inesperado e involuntario en el comportamiento y el grado de conciencia, todo lo cual generalmente dura menos de un minuto y en casi todos los casos se sigue de un periodo de sueño y confusión mental, al final del cual hay recuperación total. Las crisis epilépticas pueden ser “parciales”, llamadas así porque sólo una parte del cerebro descarga, pudiendo esto ocasionar una gran variedad de síntomas, los cuales dependerán de la región cerebral afectada. El otro tipo de crisis son las “generalizadas”, durante las cuales desde el inicio habrá afectación de la conciencia y alteraciones de la postura o movimientos del cuerpo.

Si algún niño comienza a tener cambios bruscos y de corta duración en su comportamiento, su conciencia, sus movimientos o en sus posturas corporales, podría tener una epilepsia. Lo mejor en estos casos es buscar ayuda médica. Estos pacientes requieren estudios tales como el electroencefalograma que ayuda a mostrar la descarga cerebral anormal; pero también podrían necesitar estudios de imagen tales como la tomografía o la resonancia magnética, los cuales exploran buscando enfermedades que causan cambios en la estructura del cerebro y producen las epilepsias.

El manejo de estos niños siempre será con medicamentos antiepilépticos, de los cuales afortunadamente en la actualidad existen una gran variedad. El tratamiento es prolongado y se requiere mucho del apoyo familiar para que se sostenga. El médico irá ajustando las dosis según el control alcanzado y buscando la menor cantidad de efectos secundarios no deseados para una buena calidad de vida.
La epilepsia muchas veces comienza en la edad infantil, incluso a los pocos días de vida, pero puede ser a cualquier edad. Existen algunas variedades de enfermedad epiléptica en las cuales el paciente presenta deterioro cerebral progresivo, pero afortunadamente estas no son las más comunes. En la mayor parte de los casos de epilepsia, las crisis se controlan bien y luego de varios años de tratamiento y de cumplir con ciertos criterios, el tratamiento puede ser retirado y al paciente se le considera “controlado”; incluso con el paso del tiempo puede llegar a cumplir criterios para considerársele curado. Por lo anterior, vale la pena que ante la sospecha se consulte al paciente para un diagnóstico y manejo oportuno de esta enfermedad.